lunes, 4 de noviembre de 2013

Publicado por Yerko | Categoria :
OBRA

Los escritos de Rumi son únicos en los anales de la literatura persa no sólo por su calidad sino también por la inmensa riqueza que poseen. Él es una cumbre que todavía no ha sido superada, un mar al que muchos ríos fluyeron y que él mismo fue fuente de innumerables afluentes.

Sus obras reflejan casi todos las obras anteriores de maestros islámicos, desde los comentarios coránicos a los tratados sufistas del Sana’î, Attar e lbn’Arabi. Y sus escritos han encontrado infinitud de ecos en trabajos escritos desde Bengal hasta la Turquía actual durante los siete siglos que han transcurrido desde su muerte.

La más voluminosa obra de Rumi es Diwan-i shams-i Tabrizi, que consiste en unos treinta y seis mil versos, en la mayoría de cuyos gaza1s Rumi usa el nombre de Shams alDin al final en lugar del suyo propio, como si Shums los hubiera escrito. Este hecho muestra la tan especial relación que existió entre ambos hombres y el papel que Shams tuvo en la composición de su vasta obra. La mayoría de estos versos fueron escritos en un estado de éxtasis y tienen una calidad musical y rítmica única en la literatura persa. La danza y música del orden Mawlawi se encuentra de algún modo representada en estos versos de poder extático sin igual. El significado domina tanto sobre la forma que en muchos casos los gaza1s rompen las leyes de la prosodia y la métrica tradicionales. Es un ejemplo de cómo el espíritu remoldea su forma material y dando aliento a una nueva vida en el orden formal, creando así una nueva forma artística, aunque totalmente tradicional, en contraste con los casos de aquellos que hoy en día rompen las formas tradicionales desde su base, sin tener accesos al espíritu creador de vida que por sí sólo puede rehacer y resucitar las formas.

El Diwán ha sido célebre a lo largo y ancho de los países orientales del Islam desde que fue compuesto, y se imprimieron varias ediciones en litografía en India y Persia antes de que su edición crítica pareciera bajo la tutela de B.Forouzanfar en diez volúmenes en Teherán(1). También se conoce en parte en el oeste gracias a las selecciones que han sido traducidas por Nicholson y Arberry(2). Sin embargo, la gran mayoría de sus vastas riquezas continúan siendo inaccesibles a los que no saben persa y persiste la necesidad de traducirlo todo al inglés. Pero los aspectos musicales y alquímicos de la sinfonía no podrán ser traducidos nunca. Junto con el Diwán de Hafiz, el Diwán-i Shams es quizá la obra que menos se deja traducir, desde el punto de vista de la orquestación de las palabras y la armonía de sonidos y el efecto que su propio recitar suscita en el alma de un hablante de persa.

La obra más famosa de Rumi es, sin duda alguna, el Mathnawi, el “Corán de la lengua persa”, tal y como Jami lo llamó, que es ciertamente un vasto comentario esotérico sobre el Corán y que fue compuesto por petición de Husam al-Din Chalabi, quien pidió al maestro que escribiera una obra sobre los misterios de la gnosis según el modelo del Hadîkah de Sana’î o el Manfiq al-tayr de Attar. El Mathnawi es tan célebre que, aunque este término en realidad se refiere a cualquier poema con rimas en pareado, ha llegado a identificarse con el Mathnawi de Jalal al-Din Rumi. Esta obra maestra sin par del sufismo es más didáctica que el Diwán. Tiene un preludio en Árabe o Persa en cada volumen, en el primero de los cuales el autor llama a su obra “los principios de los principios de los principios de la religión”, seguido de seis volúmenes de poemas en persa. Fue empezado entre 657/1259 y 660/1262-3 y su composición continuó casi hasta el final de la vida de Rumi. De hecho nunca fue acabado. Algunos han hablado del séptimo libro del Mathnawi e incluso han intentado “completar” la obra con un séptimo tomo, pero la obra original del maestro son sin duda alguna los seis volúmenes, que han sido publicados innumerables veces en Persia, India y Turquía, siendo la versión más crítica hasta nuestros días la propuesta por Nicholson en su monumental texto de ocho volúmenes, con la traducción y comentarios sobre la obra (3).

En casi veintiséis mil versos de poesía, en el Mathnawi Rumi desentraña el vasto océano del mundo del espíritu y el viaje del hombre hacia y a través de ese mundo. Tomando simples historias y cuentos de la historia sagrada, escritos sufies tempranos, los discursos de sus antecesores, vidas de santos y referencias de muchas otras fuentes, Rumi discute prácticamente casi todos los aspectos de la metafísica Islámica, la cosmología y la psicología tradicional. Oscilando entre los puntos de vista doctrinales e iniciáticos, entre ambos hay una presentación objetiva de la verdad y la presentación de los aspectos subjetivos e operativos involucrados en el logro de la verdad. Pocas son las obras místicas en cualquier lengua que combinan tal maestría de metafísica pura con una mirada hacia el interior de la intrincada estructura del alma humana y los riesgos que acechan al hombre que despierta, a través de la iniciación, a sus propias posibilidades espirituales y empieza el viaje hacia el único.

El Mathnawi también es conocido en occidente, gracias sobre todo a los infatigables esfuerzos de Nicholson, que hizo posible el texto completo en inglés y también presentó selecciones del texto en una forma muy leíble(4). Los estudiosos del Mathnawi también están en deuda con Arberry por sus traducciones magistrales de las historias del libro en una prosa lúcida(5) y también por sus otros estudios del texto.

El Mathnawi ha recibido una atención constante desde que fue escrito. Nacieron varias formas musicales especiales en Sindh, Persia, Turquía y otras regiones por el simple hecho de cantar el Mathnawi y se han escrito numerosos ensayos comentándolo en persa, turco, árabe y otras de las lenguas de subcontinente Indopaquistaní. Algunos de los más famosos de estos comentarios incluyen el de Ahmad Rumi, el Jawáhir al-asrár de Kamal al-Din Khwardzmi, Asrár al-ghuyúb de Khwajah Ayyub y el comentario de Abdal-Ali Muhammad conocido como Bahr al-ulum, todos en persa; Fátih al-abyát de Isma’iI Anqurawi en turco y al-Minhaj al-qawiy de Yusuf ibn Ahmad Rumi en árabe. También existen comentarios en Sindhi, Urdu y diversas lenguas más. Además, todavía hoy en día se escribe sobre la obra, tal y como demuestran las recientes obras persas de J.Homa’i, B. Forouzanfar y M.T.Ja’fari (6).

La tercera obra poética de Rumi es el Rubaiyát, cuya edición de Estambul de 1312 (A-H-lunar) consiste en 3318 versos, la mayoría de los cuales son probablemente de Rumi(7). Algunos de estos cuartetos son obras maestras a la par de los poderosos versos del Diwán y Mathnawi, pero en general el Rubá’iyyát nunca se ha ganado la fama de las otras dos obras maestras poéticas de Rumi. Esta obra también fue dada a conocer al mundo anglosajón gracias a la traducción de una selección realizada por A. J. Arberry (8)

De las obras en prosa de Rumi sin duda la más importante la más importante es Fihi má fihi, una obra única que refleja los discursos más íntimos de Rumi sobre varios aspectos de la vida espiritual, reunidas de sus “charlas de sobremesa” durante los encuentros Sufies de su hijo y otros discípulos. Esta obra, cuya edición crítica apareció por vez primera por B. Forouzanfar(9) y que ahora es bien conocida en occidente gracias a la traducción de fragmentos seleccionados hecha por A.J.Arberry(10), discute con candor y de modo íntimo y directo muchos de los aspectos sutiles del sufismo. Es un companero precioso como guía práctica para “el Carnino”, y revela facetas de la personalidad de Rumi no tan directamente reflejadas en sus obras poéticas.

Muy relacionado en cuanto a contenido al Rhi máfihi es el Makátib o colección de cartas que Rumi escribió a sus más allegados como Salah al-Din Zarkub y su propia nuera(11). Las cartas, como los discursos del Rhi máfihi, revelan los aspectos más personales e íntimos de la vida del maestro, mientras que contienen a la vez pasajes doctrinales e instrucciones en cuanto a los aspectos más prácticos del “Camino”.

Finalmente debemos mencionar el Majális-i sabab, otra obra en prosa que consiste en una variedad de los sermones y clases de Rumi desde el púlpito(12). Suele tratarse de consejos y recomendaciones y reflejan en su estilo el entorno en que fueron pronunciados.

Estas obras son el legado literario del “Maestro de Rum”. Complementan la transmisión oral y la gracia particular o barakah que emergía de Rumi y que resultó en la fundación del orden Mawlawi, que extendió vastamente la orden sufi, que ha sobrevivido hasta hoy. Jalal al-Din ha permanecido con vida a través de sus obras y orden hasta nuestros días, y su espíritu sigue resucitando a aquellos capaces de seguir la vida espiritual y, desde un punto de vista más popular, intensificando el fervor religioso de los musulmanes que viven en la fe. También se dice que Rumi es uno de los pocos santos Sufies que, incluso tras su propia muerte, “misteriosamente” ha podido seguir guiando espiritualmente a algunas personas. En cualquier caso, sus obras y su espíritu están tan vivos hoy en día como lo estaban hace ocho siglos, cuando abandonó la cárcel de la vida terrenal. Y su mensaje, que proviene del mundo del Espíritu, viene tan a propósito hoy en día como cuando fue dicho por primera vez, pues sus palabras vienen de un mundo que ni perece ni se marchita, que es antiguo y joven y joven y antiguo a la vez, un mundo que abraza al hombre en su viaje de la eternidad a la eternidad.


Seyyed Mohammad Damadi
Universitat de Barcelona / Universidad de Teherán
Extraido : Asociacion Española de Orientalistas, XXXVIII (2002) 199-208
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Notas:

1.- Ver Rumi, Kulliyyát4 Shams, ed. Por B. Forouzanfr, Tehran, 10 vols. 1336-46, los siete primeros volúmenes del cual contienen el Diwán.
2.- Ver R.A. Nicholson, Selected Poemsfrom the Divani Shamsi Tabriz, Cambridge, 1898, y A.J. Arberry, Mystical Poems of Rumi, Chicago, 1968.
3.- Ver R.A. Nicholson, The Matwhnawi, Londres, 1925-40. Las ediciones de Tehran de ‘Ala’al-dawlah y del Kulala-yi Khawar son también valiosas y de confianza, aunque no en el nivel de exactitud de la edición de Nicholson. Aún así, queda sitio para una nueva edición crítica que corrija algunas de las lecturas inexactas de Nicholson.
14.- Ver R.A. Nicholson, Rumi, Poet and Mystic. Antes de Nicholson, otros académicos británicos como Sir Williams Jones, E.H. Whinfield, J. Redhouse y C.E. Wilson habían traducido varias partes del Mathnawi al inglés. Ver sobre todo Whinfield, Masnavi i ma’nav¡, Londres, 1898.
5.- Ver A.J. Arberry, Tales From the Masnavi, y More Tales from the Masnavi, Londres, 1968.
6.- Ver Horna’i, Ta/sir-i mathnawi-yi Mawlavi: 13.Forouzanfar. Sharh-¡ mathnavi-yi, shariff 3 vols., Theran, 1346-8; y M.T.Ja’fari, Ta/sir wa naqd wa taMÍ14 mathnawi-yi Jalál alDin Balkhi. Tehran, 1349. Referente a los comentaristas del Mathnawi ver A.Hakimiyyan, “Sharihan wa muqaIlidan-i Mathnawi-yi ma’nawi” Nigin, vol.9, no. 105, Bahman, 1353 (A.H. Solar), pp. 41 ff.
7.- El Rubá’iyyát de Rumi también fue editado por B. Forouzanfar en sus KulliYYát4 Shams, vol.8. En esta edición hay 3966 versos.
8.- Arberry, The Rubá’¡yát ofJalál al-Din Rumi, Londres 1949.
9.- Fihi máfihi, ed. Por B. Forouzanfar, Tehran, 1330.
10.- A.J.Arberry, Discouses of Rumi, Londres, 1961.
11.- Ed. Por H. Ahmed Rernzi Akyurek y publicado por M. Nafiz Uz1uk, Istambul, 1937.
12.- El texto del Majáfis aparece al comienzo de la edición Kulala-yi Khawar del Mathnawi, Theran, 1315-1319 (A.H. Solar). El texto fue editado originariamente por H. Ahmed Rernzi Akyurek y publicado por M. Nafiz Uzluk, Istaribul, 1937.

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